La selección vivió en carne propia todos los recursos ofensivos y defensivos de la estrella de la NBA. Ahora es el turno de España, toca hacer borrón y cuenta nueva.
Un debut para el olvido tuvo la Selección Argentina de Básquet en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde fue superado ampliamente por su par de Eslovenia por 118 a 100.
Tras el subcampeonato alcanzado en el mundial de China, el conjunto nacional llegaba esperanzado a la cita olímpica, pero se chocó contra una pared llamada Luka Doncic. El joven maravilla de los Dallas Mavericks se fue hasta los 48 puntos (31 en la primera mitad) y fue demasiado para los dirigidos por Sergio Hernández. Además, la figura eslovena completó su hoja de estadísticas con once rebotes y cinco asistencias, un verdadero partidazo.
La clave para este partido era sabida, detener como sea al ex Real Madrid. Ninguna táctica fue suficiente y cualquier plan de juego se derrumbó en los compases iniciales. Teniendo en cuenta eso, y agregando que ni los pases altos a la pintura ni los uno contra uno funcionaron, prácticamente hubo sentencia desde el salto inicial.
Doncic y compañía manejaron el encuentro a placer, mientras que Argentina iba perdiendo el foco de poco y ningún tiro de larga distancia hacía sonar las redes. Por lo contrario, cada ataque fallido terminaba con ejecuciones en transición del rival.
Otro factor importante fueron en los rebotes, allí los europeos arrollaron con un contundente 59 a 32.
Promediando el tercer cuarto el conjunto nacional perdía por 30 puntos y sólo en los minutos basura pudo acercarse y dibujar los números en el marcador.
El máximo goleador de los nuestros fue el interminable Luis Scola con 23 tantos. El capitán dio todo de sí, pero no alcanzó para torcer el rumbo de la historia.
El próximo cotejo será frente a España el jueves desde las 9, y se antoja decisivo para las aspiraciones de esta “nueva generación”.
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