
Todo listo para la Final de la Copa Torneo Betano Apertura 2025.
Nietos abrazados a sus abuelos, padres con hijos al hombro.
Madres que preparan mates para un viaje de 17, 18 horas.
Autos, colectivos, banderas y canciones que nacen desde el corazón.
Todo por un sueño, todo por ese partido que se juega solo una vez.
La cita es única, en la madre de ciudades.
Dos clubes humildes, dos gigantes de barrio que lograron lo imposible.
Un guante rojo y blanco. Un globo que flota, que late.
Un calamar que representa a todo el norte.
Zona Sur y Zona Norte.
Un choque de estilos, de pasiones, de historias.
Pero más allá de las camisetas, de los colores que nos dividen, está lo que nos une.
Porque esta final no es solo de ellos. Es de todos.
De los hinchas del fútbol argentino. De esos que saben lo que cuesta llegar.
De esos que se emocionan viendo a clubes que jamás se rindieron.
Huracán y Platense, Platense y Huracán.
Juntos hicieron lo que parecía imposible: unieron al país futbolero.
A cada hincha que no pertenece a estos clubes, pero que hoy siente que debe elegir un bando, que debe vibrar con uno.
Porque estos dos equipos, con esfuerzo y pasión, se ganaron el respeto de todos.
Uno espera hace más de 50 años para volver a bordar una estrella.
El otro sueña con bordar la primera.
Dos historias, un solo destino.
Y aunque la gloria será para uno solo, esta final ya es un triunfo para el fútbol argentino.
Porque en un momento en el que los grandes suelen acapararlo todo, ellos demostraron que con trabajo, con sacrificio, con amor por la camiseta, se pueden escribir nuevas páginas de historia.
Que gane quien gane, hoy gana el fútbol.
Gana el hincha que viajó mil kilómetros.
Gana el que pintó su bandera.
Gana el que nunca se rindió.
Hoy, más que nunca, la fe y la ilusión son de todos.
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