Mientras Diego Armando Maradona es velado en Casa Rosada por miles de personas, las muestras de tristeza por la partida del astro llegan desde todos los rincones del planeta.
“No realmente un atleta, más un artista, encarnaba la magia del juego” de esta manera define a Maradona el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en el comunicado publicado por la muerte del Diego. Y acierta de lleno, porque el juego de ese zurdo que hizo soñar al mundo entero inspiraba toda clase de sentimientos con esos destellos de una belleza divina mezclados con un barro que revelaba una humanidad innegable.
La figura de este 10 que inspiró cientos de canciones y pinturas recordaba más que cualquier otra a los dioses griegos, con capacidades maravillosas pero llenos de falencias totalmente humanas, es por eso que se convirtió en el más grande de los mitos futboleros.
Y por eso también son tan acertadas las palabras que usó Eduardo Galeano para describirlo: “Diego Armando Maradona fue adorado no sólo por sus prodigiosos malabarismos sino también porque era un dios sucio, pecador, el más humano de los dioses”.
Por estas razones es que el mundo se identificó tanto con él, por esa fantasía y esa magia que transmitía y que hacía soñar a todos, desde los más grandes a los más pequeños; por estos sentimientos que transmitió es que ahora desde todas partes del mundo llegan las palabras de despedida para el 10.
Estrellas de todo el globo como Ronaldo, Messi, Cristiano, Neymar y Ronaldinho pero también otras que trascienden el mundo del fútbol como Mike Tyson, Magic Johnson, Novak Djokovic o Boris Becker hicieron llegar sus muestras de afecto para con Maradona y de tristeza por su partida.
Hubo también quienes propusieron medidas para homenajearlo, como fue el caso de André Villas-Boas, técnico del Olympique de Marsella: «Me gustaría que la FIFA retirara el dorsal número 10 de todas las competiciones y en todos los equipos. Creo que es el mejor homenaje que podemos darle a Diego Armando Maradona”.
Además el Nápoli, uno de sus equipos históricos, decidió cambiarle el nombre a su estadio, el San Paolo, que a partir de ahora pasará a llamarse Diego Armando Maradona, mientras que el nombre de la actual Copa de la Liga Profesional de Argentina también llevará el nombre del pibe surgido de Villa Fiorito.
“Pero los dioses no se jubilan, por humanos que sean. Él nunca pudo regresar a la anónima multitud de donde venía. La fama, que lo había salvado de la miseria, lo hizo prisionero” continuaba Galeano describiendo a Maradona, y estas palabras fueron volviéndose cada vez más reales en el ocaso de su vida, con una exposición que nunca favoreció que se tomaran las decisiones que más convenían a su persona. Y es por eso que, ahora que finalmente está libre de esa prisión, es el deseo de todos a quienes alguna vez hizo soñar y en los que despertó admiración y cariño que encuentre la paz que pocas veces pudo tener en vida.
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