Fabiola Ramírez, atleta de la Federación Mexicana de Deportes para Personas con Parálisis Cerebral, comenzó a nadar desde muy pequeña y a partir de los 15 años se dedica al alto rendimiento deportivo. Su participación en los Juegos Paralímpicos, Beijing 2008 y Rio de Janeiro 2016, la posicionan como una de las figuras más destacadas a nivel mundial.
Su nombre es sinónimo de esfuerzo, dedicación y perseverancia, nunca dejó que las dificultades físicas se interpongan en su camino como deportista. Fabiola Ramírez, de 30 años, es una nadadora mexicana que padece artrogriposis múltiple congénita, una patología neurológica que dificulta el desarrollo muscular.
“Toda mi infancia estuve viviendo entre Nuevo Laredo Tamaulipas y Houston porque en el Hospital Shirners fue donde recibí toda mi rehabilitación y tratamiento, ahí estuve hasta los 12 años”, explicó la atleta quien representó a su país en tres Juegos Parapanamericanos, tres campeonatos del mundo y dos Juegos Paralímpicos.
Recuerda su paso por Beijing 2008 con nostalgia y alegría, siente que fue un momento inolvidable para su carrera. Con tan solo 18 años vistió los colores de su bandera en uno de los encuentros deportivos más importantes del mundo.
“Todo se hizo silencio y lo único que escuché fue a mi mamá dándome todo su amor y su apoyo desde las gradas”, expresó al revivir su debut en los Juegos Paralímpicos. Su familia es un pilar fundamental y la acompañan en cada paso que da como profesional.
Por cuestiones personales estuvo dos años alejada del deporte de alto rendimiento, debido a que decidió darle prioridad a sus estudios universitarios. Recién este año volvió a competir y su meta ya está fijada en Tokio 2021.
Con su fortaleza logró posicionarse entre las diez mejores nadadoras del mundo, su última gran hazaña deportiva fue la medalla de oro en 50 metros dorso en la competencia mundial de paranatación “Jimi Flowers Classic Para Open”, que se llevó adelante a principio del 2020 en Colorado, Estados Unidos.
Con referencia a su preparación de cara a la cita paraolímpica en Asia, declaró: “A pesar de la pandemia sigo entrenando en casa con diversos materiales que he adquirido y sobre todo con el apoyo de mi entrenador, José Peláez Ampudia, quien lleva los seguimientos de mis entrenamientos de manera digital”.
Sueña con participar en los próximos Juegos Paralímpicos, estar en las finales y mejorar su marca, “estoy preparándome mucho, tanto física como mentalmente, porque para mí siempre ha sido una responsabilidad muy grande representar a mi país”, destacó la deportista mexicana.
Comenzó a nadar por recomendación médica como forma de rehabilitación y terminó siendo parte de su día a día, valora cada momento vivido dentro de la pileta y reconoce que “ser paralímpica es uno de los logros más importantes de mi vida”.
Su presente deportivo es producto de un trabajo constante, su dificultad física es una traba pero no un impedimento. En relación con esto, remarcó: “En lo personal yo admiro a todos mis compañeros, creo que todos nos esforzamos y siempre damos lo mejor de nosotros mismos”.
Pero no todo es deporte en la vida de Fabiola, además es abogada y trabaja como miembro titular en la Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte de México. En un futuro le gustaría “llegar al comité de organización de el mundo del paralimpismo y seguir apoyando a los atletas, darles las facilidades necesarias para que su desarrollo sea más óptimo”. Su principal objetivo es “seguir preparándome para mejorar y ser una inspiración para otros atletas”, su fuerza de voluntad es un ejemplo para las nuevas generaciones que buscan dedicarse al deporte adaptado de alto rendimiento.
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