El breve ciclo de Mauricio Caranta como DT de Instituto, en números
Mauricio Ariel Caranta ya es historia en Alta Córdoba. El ex arquero, quien en febrero de este año decidió colgar los botines tras 22 años de carrera para asumir la dirección técnica de Instituto, club en el que debutó profesionalmente a fines de los ’90 y en el que consiguió dos ascensos a Primera División, dejó su cargo este fin de semana luego del pésimo arranque de la Gloria en la actual Primera Nacional: 6 puntos sumados sobre 24 en juego, fruto de dos derrotas, seis empates y ninguna victoria, lo que precipitó su salida.
Tras la caída 1-2 a manos de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, el último viernes en el Monumental, el bellvillense puso su renuncia y la de todo su Cuerpo Técnico a disposición de la Comisión Directiva encabezada por Roberto Castoldi, quien le pidió unas horas para tomar una decisión final. En conferencia de prensa post partido vía Zoom, el propio Caranta había expresado que la decisión dependía de la cúpula albirroja y que, de no serle aceptada la renuncia, “tenía fuerzas para seguir”, pese a la magra cosecha de puntos y no haber ganado siquiera un partido en ocho presentaciones.
Y así fue como al día siguiente, en horas de la tarde del sábado, en un coqueto hotel de la zona norte de la ciudad, Castoldi y compañía tomaron la decisión de aceptarle la salida al cordobés, y así ponerle fin abruptamente a un ciclo que pese a las impericias se sostuvo por haber sido el propio presidente quien buscó al saliente entrenador para ponerse al frente del primer equipo.
La experiencia del ex arquero como DT albirrojo duró apenas 89 días. Fue anunciado el 1° de febrero, apenas horas después de rescindir contrato con Talleres, equipo en el que atajaba -corría detrás de Guido Herrera y Marcos Díaz en la consideración- desde enero de 2016 para asumir un enorme desafío por delante: dirigir, sin ninguna experiencia previa, al primer equipo de Instituto, con el “peso” de los 15 años lejos del fútbol de elite y la impaciencia propia de los hinchas y socios. Esto, más allá de su paso por Barrio Jardín, sino más bien por una desesperación propia de tres lustros de muchas pálidas y muy pocas alegrías.
Caranta fue anunciado como entrenador glorioso un lunes a través de las redes sociales, al día siguiente charló con la prensa acreditada vía Zoom y el miércoles dirigió su primera práctica, a pocos días de iniciar el torneo, luego de la desazón por el fallido paso por el Reducido del anterior certamen bajo el mando de Fernando “Teté” Quiroz.
Bajo su mando llegaron casi una decena de refuerzos, en su mayoría desconocidos para el común denominador de los hinchas del Albirrojo: el lateral izquierdo Rodrigo Mazur, el zaguero Agustín Gómez, el mediocampista Marcos Enrique, los delanteros Ignacio Huguenet y Joaquín Mateo, más la vuelta de Alejandro Faurlín, quien tras 12 años en el exterior, pegó la vuelta a Alta Córdoba para, a sus 34 años, sumar experiencia al plantel.
Sin embargo, salvo Mazur -de mayor a menor, con una fuerte merma futbolística en los últimos partidos- y la irrupción de Mateo, el resto aportó poco y nada: Gómez no debutó, Enrique arrancó bien pero con el correr de los partidos empezó a hacer agua en el mediocampo, Huguenet apenas convirtió un gol pero siempre muy lejos del área rival y Faurlín, con un puñado de minutos, dejó en claro el porqué de su ausencia en cancha aún cuando desde las redes sociales imploraban que fuese titular.
Para colmo, entremedio el club le rescindió el contrato al atacante Marcelo Freites, que llegó de la mano de “Teté”, jugó un partidazo en su debut frente a Chacarita pero le costó alcanzar regularidad, “desapareció” de la noche a la mañana y después de organizar una fiesta clandestina en su casa, la CD puso punto final al vínculo que unía al futbolista con la institución.
A decir verdad, los primeros dos partidos del Instituto de Caranta dejaron una buena impresión en el hincha, pese a dos sucesivos 0-0: ante el “Defe” y Santamarina, sus dirigidos mostraron actitud, con algunos destellos del fútbol que pretendía su flamante entrenador, pero con evidentes problemas para convertir. A su vez, dentro de lo “positivo” se destacaba que a la Gloria no le marcaban, cuando en el último certamen a Instituto le habían convertido en todas las fechas.
Sin embargo, para el tercer partido el panorama se revirtió por completo: horrores defensivos le costaron la primera derrota (1-2 vs. Almagro), donde el gol del descuento llegó de un tiro libre a 10’ del final. Al fin de semana siguiente el arco se volvió a cerrar, la cosa no pasó del 0-0 ante Güemes y desde la platea, pese a la ausencia de socios e hinchas, empezaron a caer los primeros insultos hacia Caranta, quien confesó estar “tranquilo” pese a los 3 puntos sumados sobre 12 en disputa. A los pocos días un brote de contagios de coronavirus sacudió al plantel y entre CT y jugadores, diez integrantes resultaron positivos a los testeos, entre ellos el propio Caranta y todo su Cuerpo Técnico (Eduardo Larghi, Federico Bongioanni, Augusto Bonabello y Miqueas Russo), por lo que en el 2-2 frente a Morón, dirigieron dos conocidos de la casa: Daniel “Miliki” Jiménez y Claudio Sarría. A la vuelta del bellvillense, fue 2-2 ante Ferro (llegó a estar 0-2 abajo) e igual resultado en Ezeiza frente a Tristán Suárez.
Panorama lo suficientemente complejo como para seguir especulando. Porque si bien desde la cúpula no le pusieron un ultimátum al DT para apartarlo en caso de no ganar ante Gimnasia de Jujuy, entretelones se sabía que un resultado adverso ante el Lobo podía sentenciar la estadía de Caranta en el banco de suplentes. Y así fue como el 1-2 en la tarde del último viernes no solo acortó los plazos, sino que motivó a que el propio entrenador ponga su renuncia a disposición. Horas después, le fue aceptada.
Resumiendo, el ex arquero de 42 años dirigió ocho partidos en el banco albirrojo, de los cuales empató seis y perdió dos, arrojando una escasa efectividad del 25% (6 puntos sumados sobre 24 en juego). A lo largo de esas fechas, su equipo recibió 10 goles y convirtió 8. Y cabe remarcar que de esas seis igualdades, tres fueron 0-0 (ante Defensores de Belgrano, Santamarina y Güemes). Los otros tres empates terminaron 2-2, aunque todos los partidos del fallido ciclo tuvieron una misma particularidad: Instituto nunca empezó ganando, y siempre tuvo que salir a buscar el empate o la victoria que jamás llegó.
Ahora, consumada su salida, se sabe que quienes ya están a cargo del plantel profesional son “Miliki” y “Capé”, ambos con pasado en el banco glorioso, aunque no en calidad de entrenadores con contrato, sino como interinos.
Y si bien en situaciones como estas la lógica indica que mientras el DT interino -dupla en este caso- asume la responsabilidad, la Comisión Directiva se encuentra buscando a un reemplazante oficial, lo cierto es que como este lunes, arrastrado por el adiós a Caranta, Castoldi presentó su renuncia indeclinable a la presidencia del club, en Alta Córdoba se viven horas de convulsión hasta logre reacomodarse el escenario institucional, aunque ya se conoce el nombre del sucesor interino de “Tito”: será Juan Manuel Cavagliatto, pieza clave del básquet, quien tome las riendas en medio de una delicada situación institucional, aunque pidió 72 horas “para la correcta conformación de las subcomisiones que seguirán trabajando en pos y beneficio de la entidad albirroja en las diferentes áreas que la componen”, según giraron desde el Departamento de Prensa.
Un panorama casi impensado si uno se remonta apenas tres meses atrás cuando Caranta era anunciado con bombos y platillos por el propio Castoldi para asumir como DT del primer equipo. Hoy, con el ex arquero fuera del banco y con el ahora ex presidente fuera de la vida institucional post renuncia, Instituto, una vez más, se encuentra inmerso en una crisis, de la que podrá salir no solamente si la pelota entra en el arco rival, sino también si los distintos nombres que integran el club aúnan esfuerzos para enfocarse en un objetivo común: el regreso de la Gloria al fútbol de elite.
Aunque claro, y dando cuenta de la experiencia más reciente, ya no habrá lugar ni tiempo para apuestas apresuradas…
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