Cinco títulos de manera consecutiva, un sueño logrado. Era una difícil tarea para el Ciclón, que a pura garra y corazón dio vuelta el resultado y terminó celebrando frente a Quimsa.
Con una tremenda mitad para el recuerdo San Lorenzo venció 82 a 77 a Quimsa, en el quinto y último punto de la final de la Liga Nacional de Básquet, y de esa manera se convirtió en el único equipo en la historia argentina de este deporte en ganar cinco títulos de forma consecutiva.
Más allá de las estadísticas y de cualquier número que pueda hablarse o narrarse sobre el juego, sin dudas hay que destacar la actitud del conjunto de Santander para no darse por vencido nunca y remontar 15 puntos, y en una final. Increíble.
Mucho mérito para el técnico azulgrana que cambió la táctica tras el descanso. Presión en toda la cancha, bien arriba. Eso le resultó, y de qué manera.
La Fusión comenzó a cometer errores, se le cerró el aro y el Ciclón no perdonó. Sacó toda la chapa de campeón, la experiencia, puso lo que hay que poner y lo dio vuelta. Ahí se encendió Pepe Vildoza, Romano y el siempre rendidor Aguirre (6 títulos al hilo para el Penka).
Una vez que el conjunto de Boedo pasó al frente, ya no había mucho por hacer para los santiagueños, que se vinieron abajo mentalmente y físicamente después de tanta entrega. Lamentablemente para ellos, vieron como en el último suspiro se les escapó la chance de una nueva corona.
En el primer cuarto Quimsa hizo pagar caro la intensidad defensiva de su rival, que cometió demasiadas faltas, y desde la línea de libres sacó la primera ventaja. Además, los porteños estuvieron erráticos desde la larga distancia y eso se vio reflejado en el marcador: 18-17.
En el segundo episodio aparecieron Aguirre y Robinson. El primero comandó el ataque azulgrana para acortar diferencias, pero el segundo se encargó (como en el cuarto juego) de responder y ayudó a su equipo a sacar la mayor diferencia a pocos minutos del descanso. Un parcial de 11 a 0 obligó a Santander a pedir minuto. Ahí llegó la presión sobre el extranjero, pero el banquillo de los de González asumió la responsabilidad y mantuvo una buena distancia hasta el final, 40-30.
En el tercer cuarto La Fusión siguió castigando hasta ganar 44 a 30. San Lorenzo ajustó la defensa y mejoró la efectividad en ataque, terminando 58 a 62.
Ya en el último periodo, ambos equipos intercambiaron canastas hasta alcanzar los 70 a 65 a favor de Quimsa, y con poco más de cinco minutos por jugar. A partir de allí fue el quiebre.
Tras un minuto pedido por González, el azulgrana reaccionó y a falta de 3 minutos dio vuelta el resultado (74-70). Después vino el triple de Romano (quizás el más importante de su historia como profesional), un bloqueo de Acuña sobre Robinson y los libres de Piñero para liquidar el partido. 82 a 77 el resultado final y alegría extrema para los porteños, que alcanzaron algo soñado, que ni los más grandes de la Liga pudieron: el pentacampeonato de manera consecutiva.
Más que merecido MVP para Vildoza, que promedió en la serie 20.2 puntos con una eficacia del 40.2% de cancha y 30.7% de tres puntos.
“Más allá de que ganáramos o perdiéramos, San Lorenzo ya está en la historia grande de la Liga Nacional”, sentenció Pepe tras el final.
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