Si no se sufre no vale
Racing consiguió tres puntos vitales en la lucha por el campeonato y además complicó a Belgrano con el descenso
El hincha de Racing tiene un corazón especial, y esto no es por su bondad u otras características que pueda tener. El corazón del hinca de Racing fue creado para soportar hasta el peor de los sufrimientos, y domingo a domingo lo pone a prueba.
Para confirmar esto basta con ver lo que sucedió ayer en el Cilindro de Avellaneda. El equipo de Coudet derrotó a Belgrano de Córdoba, pero fue uno de esos partidos donde hasta el pitido del árbitro nunca se supo cuál sería el desenlace.
Parecía que todo comenzaba bien para la Academia. A un minuto de haber iniciado el partido Lisandro encontró una pelota boyando en el área pirata y con un remate fuerte y cruzado venció la resistencia de Rigamonti. Racing apagaba las ansias de sus hinchas, y jugaba de otra manera.
Por 20 minutos fue una topadora. Aprovechó la quietud de Belgrano y tuvo reiteradas oportunidades para estirar la diferencia, pero sus definidores no estaban con la mira calibrada.
El primer tiempo fue casi un monólogo para Lisandro y sus compañeros, pero la tormenta se avecinaba.
Para la segunda mitad Racing fue otro equipo. Será por el cansancio, o quizás por el nerviosismo, que la Academia se quedó, otorgó la pelota a los dirigidos por Osella, y buscó solo el contragolpe.
Esta actitud generó malestar en los hinchas, quienes no podían creer cómo se había caído el equipo tras un primer tiempo casi perfecto.
La Academia pasó varios sobresaltos, pero no fueron más que eso gracias a que Belgrano tampoco se encontraba fino en la definición.
Pasaron los minutos, con el “Cristo en la boca” como dicen las abuelas, pero finalmente llegó el final. Con Lisandro López cómo bandera, peleando cada una de las pelotas, Racing se quedó con tres puntos vitales en la lucha por el campeonato, y ahora espera que el “Patrón del Mal” (Patronato) le dé una ayuda al vencer a Defensa y Justicia y así allane su camino.
Racing… si no se sufre no vale, pero gusta más…
por Pablo Sierra
fotos Ariel Cuellar
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