Conociendo las promesas del fútbol argentino: Luciano Fissore, jugador de la Cuarta División de San Lorenzo

Oriundo de Corrientes, tiene 19 años, es delantero y en marzo de este año llegó al “Ciclón”, donde sueña con triunfar, y también, poder vivir del fútbol. A la espera del regreso a Buenos Aires para reencontrarse con sus compañeros, el juvenil charló con Onda Deportiva.

Entre sus compañeros de la Cuarta División de San Lorenzo, Leider Luciano Fissore es uno más. Sin embargo, en su porte de metro ochenta y cuatro de estatura se esconde un interesante delantero recién llegado del interior y con “chapa” de goleador que mientras sueña con debutar en Primera, en paralelo a los entrenamientos, trabaja en una verdulería para ayudar a su familia.

Pendiente del Ok que le permita volver a la Capital Federal -su categoría aún no fue autorizada para retomar las prácticas-, desde Sunchales, provincia de Santa Fe, Luciano conversó con nosotros.

-Contanos cómo fue entrenar en casa en estos cinco meses y medio sin fútbol…

Primero que nada pensé que me iba a costar mucho porque era la primera vez que estaba parado tanto tiempo desde que juego al fútbol, pero traté de sacarle el mayor provecho a los entrenamientos que realizaba durante la semana con los profes. Si bien yo no hacía todas las prácticas con mis compañeros porque trabajo en una verdulería, después me pasaban los entrenamientos en videos. La verdad es que se han portado muy bien tanto los profes como el club en entenderme.

-Ya que tocaste el tema del parate, ¿cómo sobrellevas aún hoy en día la cuarentena? ¿Con quién compartís este tiempo?

La verdad que lo llevo dentro de todo bien porque trato de ocupar mis tiempos haciendo cosas que me sirvan a mí y a lo que me dedico. A la cuarentena “más complicada” la pasé con mi mamá y mis hermanos acá en Sunchales, donde todavía estoy. Ella se vino cuando yo volví de Buenos Aires después de la suspensión del fútbol, y como quedó varada, la pude disfrutar y todavía la sigo disfrutando.

Oriundo de la pequeña ciudad de Saladas, al oeste de la provincia de Corrientes, Fissore contó sobre sus inicios en el fútbol: “Mis primeros pasos los di en el club “La Academia”, con 6 años, si mal no recuerdo. A los entrenamientos me llevaba todos los días una vecina, con quien hasta el día de hoy hablo, lo que me pone muy feliz. Jugué ahí hasta los 12 años y después me fui a otro club (Huracán) de mi pueblo, pero no estuve mucho tiempo, apenas un año”.

“Y de ahí a Unión de Sunchales -equipo que hoy milita en el Federal A- con 14 años, donde hice todas las inferiores y llegué a jugar en Reserva (terminó como goleador del primer torneo y de su categoría). En Unión tuve la chance de entrenar con los jugadores del plantel profesional. De ellos aprendí mucho”, amplía el joven atacante, también con pasado en la selección de la Liga Rafaelina de Fútbol.

-¿Tu llegada a San Lorenzo cómo fue?

Me ayudó mucho Ariel Echeverría, que es mi representante. También tuvo que ver la agencia Dodici, que me consiguió una prueba de una semana en el club. Fui a probarme una mañana, y al otro día ya me dijeron que había quedado. Imagínate lo feliz que estaba.

-Siendo de una ciudad de 15 mil habitantes, ¿te costó adaptarte a la Capital Federal y al día a día del “mundo San Lorenzo”, con todo lo que eso implica?

Yo siempre supe que iba a entrar en otro mundo donde la realidad es totalmente otra como lo es Buenos Aires, pero es lo que siempre soñé. Por mi cabeza pasaba San Lorenzo y no podía desaprovechar esta enorme oportunidad. La adaptación en sí no me costó, ni en el club ni en la ciudad. Al contrario, me gustó mucho y espero poder volver pronto.

Respecto a su retorno a Boedo, se sincera: “Hablo todos los días con mi profe sobre el tema, y si bien todavía no hay muchas novedades, no descarto que en cualquier momento nos den el Ok para volver”.

Por la pandemia, Luciano alcanzó a entrenar apenas tres semanas bajo las órdenes del DT Saverio Valente en su flamante club. Sin embargo, en dicho tiempo el juvenil llegó a completar dos prácticas con el primer equipo, de las que recuerda emocionado: “En un entrenamiento entré por (Adolfo) Gaich y hasta logré que me marque (Fabricio) Coloccini. Antes de entrenar con ellos estaba súper nervioso y ansioso,  pero terminé disfrutando mucho”.

En 2017, mientras ya hacía de las suyas con la camiseta de Unión, este interesante atacante correntino ganó el premio en la categoría “Fútbol formativo” de la Fiesta del Deportista Saladeño, una larga tradición de su ciudad natal. Sobre qué significó para él dicha premiación, el juvenil contó: “Ese año me había ido muy bien, tuve muchos logros, pero la verdad no me esperaba ganar el premio. Me puso muy contento ganarlo pero me dolió no haberlo podido recibir personalmente. Si fuera por mí viajaba de Sunchales a Saladas para estar ahí”.

-Para cerrar, ¿un ídolo en el fútbol?

Mi ídolo siempre fue y todavía es Cristiano Ronaldo, porque te deja la enseñanza de que para ser el mejor no es necesario ser natural sino entrenarte sacrificadamente, y la predisposición de todos los días te lleva a ser un poco mejor y ganar cosas.

-¿Y el mejor hoy en tu puesto?

Lewandowski, sin dudas.

lanus web

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